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Una de las claves para limpiar rostro, cuello y escote con máxima delicadeza, consiste en recurrir a una espuma cremosa y densa. Para crearla, lo más cómodo es utilizar una malla espumante.

Este accesorio de origen asiático transforma de manera sencilla y fácil cualquier rutina de limpieza facial gracias a su particular tejido en forma de red. Al adoptar el uso de la malla en combinación con los jabones de AYUNA se obtiene una gran cantidad de espuma que no sólo hace que el proceso de limpieza sea más lujoso, sino que también más eficaz, puesto que al masajear el rostro con la espuma, el burbujeo actúa en los poros suavizando y mejorando la textura del cutis.

MODO DE EMPLEO Mojar la malla y frotar la pastilla de jabón entre las palmas de las manos y la malla, este movimiento genera rápidamente una espuma muy densa y fina. A continuación, sujetar el anillo de la malla con una mano y escurrir la espuma con la otra. Después masajear el rostro con la espuma, primero sin que las manos lleguen a rozar la piel y finalizar con ligeros movimientos circulares. Aclarar abundantemente con agua y secar.

MANTENIMIENTO Al finalizar, aclarar y dejar secar al aire.